20-12-2007

Wanna be on TOP?

El vicio del fanatismo ha vuelto a mí, y ha vuelto galopando con otros cuantos sueños, que seguramente, quedarán en sólo eso. Recuerdo cuando era más chico y me quedaba pegado horas y horas, sentado en el sillón de mi casa, jugando Super Nintendo... que Marito tenía que saltar, que Donkey tenía que agacharse y comer no sé qué cuestión con el fin de pasar de nivel, que Ryu tenía que hacer el "ayuken" contra Ken y así ganar el round (en realidad todo era gracias a mí, y a mis habilidades "manísticas" y de rapidez para manejar medias "ues" para adelante o para atrás y luego tener que apretar- al mismo tiempo- "A" y "B"). Pero mi favorito sin duda era Mortal Kombat, y todas sus versiones y tendencias. Obviamente el "mono" con el cual daba "vuelta" el jueguito era Scorpion; aquel ser que resucitó de las cenizas del infierno para lograr vengarse del maldito que lo había asesinado: el frozen de Sub-Zero. ¡Maldito congelado! me caía muy mal. Seguramente, Sub-Zero, era Géminis o Libra o hasta Acuario. Claramente no era Escorpión, mi signo zodiacal, y por consiguiente el de mi personaje preferido (además que se llamaba así... era demasiada la concidencia!) En esto me llevaba no hace mucho: haciendo Fatalities, Babalities, Friendship, Animalities y Brutalities. Todos, enfrentamientos que nunca hubiese podido realizar en mi vida real ¡siempre he sido tan cobarde! Quizás lo jugaba para aplacar mi timidez y demostrar que sí podía empuñar y golpear y manejar la lanza y quemar a mi contrincante con fuego viajando desde mis tripas constripadas.

Tras crecer un poco vino este gustito por la música, y mis constantes CD's o DVD's como regalos para Navidades y Cumpleaños. Que Alanis, que Tori, que James... No está de más aclarar que para llegar a tal exquisitez de paladar sonoro, pasé por millares de tendencias y estilos que no quisiera mencionar, ya que con lo que viene después, basta por hoy de placeres culpables. Me enamoré de la música y de los artistas de poquito más arriba, y espero no divorciarme nunca. Creo que no. No podría. No sería yo (ayyyyy!!!). De hecho ahora mismo suena Space Dog, de la grandiosa señora Amos.

La tele está entre medio. Los Caballeros del Zodiaco me fascinaron. De hecho llegar a soñar con ser uno de ellos no es menor. Pese a mi decepción del caballero Milo de Escorpión (tenía que 13 veces atacar con su aguja escarlata para lograr matar a su contrincante, no como el afeminado de Afrodita de Piscis que con sólo una florcilla mataba a su enemigo), seguía siendo uno de mis predilectos. Obviamente, lo previo va relacionado con otro de mis placeres de fanático, que desde los 8 años hasta ahora, continúa atosigando mi cerebro: la astrología. No existía nada mejor que leerse una revista que detallara las personalidades de cada signo zodiacal. Hubo un tiempo en que me dio por lo espiritual, así que me cargaban aquellas revistas que nos declaraban como seres calentones y carnales. Ahora me gusta, claro que siempre asumiendo que tenemos nuestro ladito sensible y sentimental, voluntarioso y generoso. En conclusiones: somos un puto y santo todo.

Respecto a la tele, aquella cajita repleta de receptores idiotas y rutinarios, se encuentra aquel vicio que está marcando mis noches de insomnio. Y no la tele sola sino que unida al mejor canal del cable: Sony Entertainment Television. Las series son de lo más chistosas: Seinfeld, Frasier, Scrubs, Everybody Loves Raimond, The Nanny, 30 Rock, 'Til Death, entre otras. Mención más que honrosa se merece la mejor serie que he visto: The IT Crowd...¡qué inteligente! (y ahora empezó la segunda temporada... guau!!!). Obviamente también hay cosas horribles como Queer Eye for the Staight Guy, esa serie de un grupillo de "elegantes homosexuales" (puaj!!!), que mejor sonaría: "grupillo de gay's amanerados y ganosos", en busca de ayudar a heterosexuales acomplejados (ja-ja-ja)

Dentro de todo este espectro "Sony" destaco a las chicas que luchan por ser una top model: America's next top model y Brazil's next top model. Sí, lo admito, es mi gran placer culpable de ahora. Es que es demasiado bueno... ver como 13 mininas compiten por ser una top [wanna be on top?] ¡Me encanta! He quedado en blanco de adjetivos sinónimos de "fabuloso". Si no hubiese tenido pene ni pelos ni nada varonil, sin dudarlo hubiera cultivado mi cuerpo y quizás algún día hubiese llegado a participar en el- espero- futuro Chile's next top model, y tal vez hasta hubiese ganado. Pero, como tengo esta cosa entre mis piernas, me contentaré siendo fotógrafo de modelos. Así tendré el privilegio de ver a bellas muchachas posando para mí, para mi lente. Guau! esa si que profesión (¿por qué no lo pensé antes?) Seré yo y mi empresa en busca de la top model, y quizás me sentaría a la siniestra de la bellísima Tyra Banks, evaluando a jovencitas ilusionadas. Adiós fotos de cuerpos pintados, Spencer Tunick no es nada comparado con la calidad de las fotos de estos programas. Esto es arte, o por lo menos una parte importante de lo que llaman Arte. Arte televisivo, parece que por ahí va mi camino. Ayer fue la finalísima de America's Next Top Model. En el último momento me abanderé por Eugena (es que siempre me cargan las que se perfilan ganadoras). De todos modos me gustó el triunfo de CaryDee, habiendo aplastado a la matea de Melrose, que de vez en cuando igual me gustaba. Destaco a Jaeda, ella siempre me gustó (ohhhh!) Todas muy flaquitas y con cero de voluptuosidades, que contribuyen sólo a malestares e incomodidades sexuales (que... dónde dejó esto?).

Bueno... eso era lo que quería contar y escribir. Ahora se viene se viene la final de Brazil's Next Top Model este sábado. Lamentablemente ya sé quién es la ganadora... maldita página anticipadora de novedades que aún no ocurren en el fin del mundo.

Los dejo con el opening de America's Next Top Model... espero algún día estar ahí... en esta vida como fotógrafo y en la otra tal vez como participante (uyuyuy).


18-12-2007

Ni la más mínima idea

El día lunes se transformó en una semana y unos cuantos minutos. Pero bueno, acá está.

Ni la más mínima idea

Mientras besaba la pared; mientras baboseaba la pintura azul piedra (que para mi familia no era más que azul); mientras trepaba por entre los personajes de esa gran serie norteamericana y amarilla, y descubría al protagonista; mientras dejaba a un lado la carta de mayo, apareció. Lucía nada, desnudo estaba, y con confort en las manos.
-Bótalo, cochino, no seas sucio- le decía tiernamente.
-Se me olvidó.
Caminó hacia la puerta y lo eliminó en el basurero. En el transcurso me preguntaba por qué me fijé en él. Él era extraño, era más bueno que yo. Yo no soy muy buena, hago mal, aunque él me ha hecho bien... quizás se inmiscuyó en mi mente, y lo que me hace bien, proclamó el no derrame del mal.
-¿Ahí está bien?- me preguntó, dejando en evidencia sus manos blancas de tanto lavarlas, y secas por el frío.
-Mucho mejor- le respondí.
-Te quería hablar de lo que acaba de pasar. Te juro que nunca va a volver a suceder. No sé qué me pasa. Los estudios no me dejan pensar bien. No puedo- titubea- contenerme. Para la próxima te prometo que no ocurrirá esto.
Su voz era temblorosa. Me daba lástima. Ya era la tercera vez que pasaba, y me decía lo mismo de siempre. Obviamente, y tras haberlo conocido ya más de un año y medio, no podía rebatirle ni ofenderle. Él era muy sensible.
-Está bien. Tú sabes que yo te quiero más que por...
-"Yo te quiero más que por eso..."- me remedaba. Siempre dices lo mismo, que acaso no te das cuenta que aquello me hace mal. Es algo que no puedo evitar, simplemente pasa. Mejor es que...
-"Mejor es que vayamos al médico..."- lo parodiaba yo a él ahora. No quiero médico, es sólo cosa que te dejes de pensar estupideces. Cuando estás conmigo, ¡concéntrate hombre! No creo que sea un especialista el indicado para resolver este problema. Es sólo que te dejes de pensar en la prueba de mañana, o en la mala cara que te puso Andrés, o en tus facciones no agraciadas, o de la mala suerte que tienes para encontrar a alguien que te quiera por como eres, y que además se quiera casar contigo.
Me miró con desamparo, y mientras se ponía sus calzoncillos, me dijo:
-Sé cómo eres. Eres mala. ¿Qué acaso de nuevo sacaste el aguijón?- sus ojos se llenaron de lágrimas y su piel se colocó roja-. Para mí esos son temas no menores. Eres muy abusiva- terminó diciéndome.
Agarró el bolso y se marchó a tomar el bus.
"Cero llamadas perdidas en mi celular. Miles de ganas de tener repleto el registro. Ya hace una semana que no la veo, y al parecer no tiene intenciones de buscarme. Como soy siempre yo el que iba a su casa, ella no tenía ni la más mínima idea de llegar a la mía...", escribía en aquellas hojas sueltas.
Sin ella mi vida resulta ser un letargo sin dimensiones lógicas. Es muy aburrido no verla, no caminar desde el bus a su casa, no saludar a su madre, no interactuar palabras con su hermano. A fin de cuentas, era lo único que me sacaba de la rutina. Siempre tenía algo nuevo.
Stay or Leave, sonaba en mis oídos, tras el recuerdo de su ambiente, y de la plaza en la que me dijo que no quería que yo perdiera mi virginidad con ella. Ya ha pasado más de un año, y su recuerdo sigue atosigando mi mente. Las pruebas siguen igual, me sigue yendo bien, pero no puedo volver atrás. Algo de ego aún me queda.
"Quizás debería haber pensado en tratar de superarme yo solo, sin ayuda de nadie, sólo evitando someterme al pensamiento gratuito"- pensaba mientras bajaba del bus, y el chofer me increpaba por mi lentitud. "Ese era sólo uno de mis problemas, y si lo soluciono, tendría que, luego, resolver todos los otros"- me respondía a mis cuestionamientos, dejando un sabor de rencor hacia ella y su opinión de mí. "Pero por algún trauma tendría que empezar"- volvía entonces a lo mismo.
Caminé un poco. Me recibieron con alegría. Mis labios resecos se acercan a las mejillas de mis amigas, y mis manos feas estrechan las manos de mis amigos.
-Me picó tu barba- sonreía Javiera.
-No es mi barba- le respondía.
Todos intentaban subirme el ánimo.
-¿Y terminaste el libro?- me preguntan a coro prácticamente todos.
-En eso estoy. Pero no es fácil acordarse de lo que pasó.
-Lo sabemos- me dijeron, ahora todos.
-No, no tienen ni la más minima idea.
Caminamos a la iglesia. Cristina recitaba una plegaría. Quería que se callara.
-No tienes idea de qué estás recitando- le increpé.
Cristina calló.
"Un año, un año. Si no me hubiera arrancado..."- decía entre mí.
Saludé a sus padres y a su hermano. Me senté en la última fila.
El cura no me gustó. Ya no me gustaba nada. Lloré como en la despedida, como si fuese un niño.
Si no me hubiera arrancado, ella no hubiese ido a buscarme. Ella nunca se habría emborrachado como aquel día. Ella nunca habría visto todo rojo, y cruzado en mi búsqueda. Yo no habría vuelto de Argentina, y hasta quizás me la hubiese llevado conmigo. Ella nunca habría conocido la avenida anterior para llegar a mi casa. Al parecer ella me quería, y yo no tenía ni la más mínima idea.
"Ya tengo el final de mi novela"- me dije.

09-12-2007

¿Una vil copia o acaso de verdad pensé en poder comprarme miles de DVD'S y un pañito para acomodar mis cartas?

Con bombos y platillos invisibles presento- nuevamente- mi cuento Ni la más mínima idea. Por motivo de mi participación en el concurso literario mención cuento, premio "Stella Corvalán", de la municipalidad de Talca, lo había retirado de circulación. Pensaba que al ser el ganador (o uno de los 11 ganadores: primer, segundo y tercer lugar, más ocho menciones honrosas), los organizadores podrían creer que tal cuentito (seguramente para ellos no fue más que eso) era una vil copia del talento de un señor, de nombre Ricardo Andrade, y que alguien malévolo y cruel había corrompido las virtudes literarias de aquel hombrecillo con sobrepeso. Entonces, si descubrían a ese ser inexistente y malvado, pero también inteligente, ya que se dio cuenta del mérito de dicho cuento, podrían incluso no darme mis merecidos dos millones de pesos. Que yo no lo escribí, que plagié... que dónde cresta está esa persona que relató tal maravilla.
Me burlo de mí y mucho de ellos. Fue muy tonto mi accionar... pensar que iba a ganar!!! ja-ja-ja!!! Seguramente el alcalde de Talca sabe mucho de literatura. Parece que mi envidia fue muy vasta, ya que ni siquiera del resto del jurado me acuerdo ¡Bendita ignorancia!
En fin... me cansé de las personas gramaticales.

El cuento lo subo mañana.