Vi[vi]endo música (como siempre) por fin tuve lo que tanto esperé conseguir de mis artistas preferidos. Las conexiones de mi red neuronal se configuraron de tal manera que me di contra el suelo pensando en todos los años perdidos, que, si sumamos de Alanis a Billy serían alrededor de 14 o 15. Y ya cuando la vida se me detuvo cambié las vagas versiones por verdaderos encuentros repletos de sobreinterpretación y sines sentidos.
Y aquí va:
Creo que la señorita Morissette leyó a la señora Amos un día de tempestad miscelánea y se dio cuenta de la sed que le provocaba. Sus manos sudaron y obviamente que le duelen cada vez que empuña una guitarra eléctrica, toca flauta traversa, armónica o piano. El dolor de escribir también le hizo crecer esa protuberancia (física y social, por lo demás) del dedo índice de su mano derecha. "¡Qué escribe con sentimiento esta mujer!"- le dije yo el otro día.
Y tan sexy como siempre es que me acompaña en el velador de mi pieza, cantándome que está enferma pero que sigue- y seguirá- siendo hermosa. La espiritualidad que reina en tus artimañas.
Así entonces comenzó la gran revolución a cabellera suelta y desalmada. Pero siempre con ese dolor en las manos, y durmiendo con los brazos doblados y las manitas congeladas saliendo de la frazada, protegiéndote de los fantasmas y duendes que acosan las paredes de tu habitación. ¡Es que amas el frío!
Momentos de introspección y detenimiento te traicionan y de vez en cuando tienes que parar para respirar y sentirte única nuevamente. Y crear canciones como Knees of my Bees, Surrendering, Joining You, Tapes, Doth I Protest Too Much, entre todas las que le siguen. Bebí de vuestra leche para asegurarme los dientes y los huesos. Thank U.
Si Morissette me hizo beber, los James me ayudaron a tragarme esa leche, de vez en cuando natosa pero siempre deliciosa, de la canadiense. Recuerdo el auto y mi manía por buscar esas cancioncitas que sonaban en la FM Tiempo, y al adulto joven de mi padre que no se contenía ni siquiera por instantes ínfimos en preguntarme de quién cresta es esa canción. Y sí, claramente era Getting Away With It (all messed up), que en un pésimo inglés de mi parte guglié y me di contra el suelo al descubrir, además, Laid y Say Something.
Qué fome me está quedando todo esto con sólo rememorar.
Con la prodigiosa voz de Tim Booth me retorcí con Runaground, Building a Fire, Tomorrow, We're Going to Miss You, etcétera. Correr nunca se me había hecho tan agradable: correr y desaparecer al instante. Me configuré al margen de lo deseado y canté al unísono con el maestro.
James entonces me obligó a no atragantarme: a obligarme a recordar. Con Tim siempre nos sentábamos al final de la sala y nos reíamos de nuestros compañeros y compañeras alejados de la realidad y de los profesores monológicos y mojados de conocimientos literarios. Y cantábamos She's a Star de camino al metro.
Y no sólo James. Ni tampoco sólo Alanis. Al finalizar mi primer año de la universidad me encontré con una Morissette matizada de colorín y conchevino y que le cantaba al pene, a la vagina, a los romances de capó y al anticristo cocinando. ¡Tamaña impresión fue la que me quedó después de ese verano!
Claro, luego tuvimos más confianza y me contó que conocía a la canadiense desde hace un tiempo. "Ustedes escriben desde el mismo lugar"- le dije seguro. "Sí"- me respondió. No me rebatió: y yo que pensaba que me azotaría como a su piano.
Ahora sí que nos fuimos fuera del borde. Me enseñaste tu tintura y yo que no te creía nada, que sólo me reía. Me preguntabas de masturbación y de viajes. Me relajé y te conté de semen y penetraciones e idas y venidas. "Amos, eres como amor" [¡qué diálogo el de nosotros!]. "Sí, pero con unas cuantas cogidas de más"- me gritaste.
Siempre tan suplementaria. Agradezco a Shakira que haya programado A Sorta Fairytale. Aunque ya resonaba en mi cerebro Spark: esa ya la conocía. Posteriormente me vi nublado de Josephine, Mrs. Jesus, Carbon, China, Baker Baker, Digital Ghost, entre todas las demás.
Y sí, sigo sin entender cómo me dijiste que Tori era monótona, si con ella indagué las profundidades líquidas de mi córnea, si con ella- de la mano- viajé al punto impreciso de fricciones y entremetidas. No te entiendo. Y sí, te hablo a vos.
Gracias a Amos que conozco esa parte oscura. Lo mejor es entrar y salir sin siquiera despeinarse, y luego mirar al resto y senreírles como siempre. Hemos saboreado tanto y disfrutado de innumerable cantidad de lugares. Miramos al creador y bailamos a su alrededor.
El ser subversivo mirando a lo alto la destrucción es propio de Billy. El tratar al piano con amor, sonrisas, pero trastornado de sentimientos es de Joel: es que alejar el contexto de producción es imposible.
Me motivaste a darle una vuelta más. Y con The River of Dreams, Vienna, Rosalinda's Eyes, The Longest Time, Shameless, Allentown, entre muchas otras, nos dirijimos sin mirar a los lados al punto exacto. Volví al centro.
Nos das la espalda pero nos regalas el cielo. Y sí, te agarré entero. La fragilidad de las experiencias amorosas son el sentido de cómo tocas al negro y al blanco. Gracias al señor Joel es que puedo ser revoltoso sin ensuciarme. ¡Recordad, mister Joel, cuando le cantábamos a las mujeres que pasaban por entre los reflejos de la ventana!
...
Ahora que le di, podré justificar mis andanzas. A Alanis Morissette, James, Tori Amos y Billy Joel: la culpa es de vosotros. Gracias.
1 comentario:
Wn! A Sorta Fairytale es hermosa! me hiciste recordar lo mucho que me gusta esa canción y ya me dieron ganas de reescuchar Head over feet, ironic y hand in my pocket!
Te voté por tercera vez... y esta vez, te leí xD
Nos vemos mañana con los amigos tutores ^^
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